Erick se quedó allí tumbado y observó cómo la luz del sol se filtraba por las persianas casi cerradas. Era demasiado temprano para que Lara se despertara, teniendo en cuenta que no se habían dormido hasta altas horas de la madrugada por segundo día consecutivo.
Parecía que no podía apartar los ojos de ella. Era deslumbrante y se encontró disfrutando del tiempo que pasaban juntos. La necesidad de dejarla recorrer la isla había comenzado por la culpa por haberle quitado la virginidad, especialmente de manera tan brusca, pero como había pasado el día con ella, su culpa había terminado y se encontró disfrutando de su compañía.
Todo lo que veía lo maravillaba como un niño, lo que hizo que él lo viera por primera vez a través de sus ojos. Había tenido esa imagen de ella en su mente, y ella estaba destrozando esa imagen en pedazos. Ella no era en absoluto quien él esperaba que fuera.
Ella murmuró algo y él detuvo la mano que le estaba quitando un mechón de pelo de los ojos. Ella se giró, est