Como siempre fue entre ellos, el ambiente cambió a uno cálido y espeso. Ana retrocedió varios pasos no pudiendo creer que ahora mismo él estaba frente a ella. Colocó la palma en la mesa para nivelar más el equilibrio de su cuerpo, pero a la vez se irguió lo suficiente, como si eso fuese a salvarla de este momento.
Vio como Cox se levantó lento de esa silla, y caminó como si estuviese torturándola a propósito, sin embargo, él no se detuvo en ningún momento e hizo que ella se echara hacia atrás y recostara todo su cuerpo a la mesa.
Cuando Ana supo que él no frenaría en su distancia ella puso su mano frente a su pecho para detenerlo.
Y esto le costó demasiado.
Xavier bajó su mirada a la palma que los separaba de su distancia y luego posicionó sus dedos entrelazados en la palma de Ana juntándola a su pecho.
<