(Abril 12 de 2013, Cd. De México.)
(Doctor David Ramírez Cortez.)
Cuando esa noche llegue a casa, tenía fresco en la memoria todo lo que había visto en la inauguración de la funeraria, los personajes que habían sido invitados, el ayudante, chofer de Tasia, los meseros y dependientes del negocio; todo parecía una novela fantástica, y así lo escribí.
Después les preguntaría a Alex y a Violeta su opinión, pues en ellos confió plenamente.
Y como ya es costumbre, sonando la primera campanada del reloj que marcaba la media noche; sonó el timbre de la puerta,