Capítulo 16; Siéntete dichosa.
Miranda, miró a su hermana con las lágrimas bailando en sus ojos.
-¡Oh, Santo Dios, no puedo creerlo!- gimió mientras se abrazaba a Lara.- pensé que nunca lo. . . lograría, pensé que moriría allí- sollozó- en manos de mi propio padre.
-Sentémonos- señaló el mueble y ambas fueron hasta allí, y se sentaron una junto a la otra. Lara, le tomó ambas manos y la miró con dulzura- estoy tan feliz de que estés aquí, Miranda, llegué a pensar que. . . te perdería- acarició los morados de su rostro- Leonardo, es un salvaje- dijo refiriéndose a su padre- mira nada más como te dejó.
-Eso no es importante ahora- secó sus lágrimas- estamos juntas y somos libres.
-Asi es Miranda, libres- sonrió con ternura.
-Giovanni, debe estar muy interesado en ti- sonrió- mira nada más como te consiente.
-Sin él no lo hubiésemos logrado. En cuánto le pedí ayuda, no dudo ni por un instante hermana, ni siquiera había dicho lo que necesitaba y ya él me habia asegurado que lo tendría, me dijo que no debía preocuparme,