—¡¿Dónde se encuentra Roksana cuando la necesitamos?! — exclamó el hombre ya fuera de sus cabales. Luego de respirar con lentitud logró tranquilizarse. —Al parecer todas las amenazas se han agolpado en contra nuestra ¿Qué deberíamos hacer? — El desconcierto estaba presente en el comandante, lo cual, de cierta manera, molestaba a Taylor, pues no solo era el presidente el que estaba secuestrado, sino también su padre.
—Señor, espero que no me vaya a tomar como una persona imprudente o irrespetuosa; sin embargo, si no lo digo yo, lo dirá alguien más… — susurró con un tranquilo tono de voz mientras esbozaba una pequeña sonrisa —¡¿Quién es el comandante aquí?! ¡¿Usted o Roksana?! — soltó de un grito. —Usted es