CAPÍTULO 43.
EPÍLOGO. El dolor de cabeza ha menguado y ahora solo siento un pequeño dolor, aún tengo miles de dudas pero ninguna de ellas se compara a todo lo que abarca en mi mente justo ahora. Todo lo que me ha ocurrido y todo lo que he tenido que soportar a lo largo de mi corta vida, todo lo que he aprendido a superar por mí misma. Me pongo unas botas y ropa oscura y justo ahora no puedo pedir que me lleven al lugar en e que Damon dijo así que en vez de eso paro a un taxi y le pido que me lleve al lugar donde alquilan autos. Es mucho más fácil, y seguro. No quiero meter a Jeorge en enredos, quiero aclarar esto y hacer esto a mí manera, ya ha tenido bastante con que Isaac le confunda los sentimientos.—¿Cuántas horas son? —Un día completo. —Me dice el gerente justo antes de darme las llaves del auto negro que tengo frente a mí. Luego de dar todos mis datos y apuntar todo lo necesario para que me lo den, pago por adelantado y salgo camino al a