Me detuve en un parque a pensar antes de regresar a la casa para tomar fuerzas y confesarle la verdad a Kiara, quería drenar esta sensación que me estaba asfixiando y no me permitía ordenar mi mente, aunque la conversación con Linora me habia producido una catarsis el efecto fue temporal.
Una balón llego a mis pies, y cuando me levanto a ver un grupo de niños jugando fútbol me hacen seña para que se lo arroje. Me paré del banco, tome la pelota con mis manos y me aproxime hacia a ellos.
— ¿Puedo jugar con ustedes? — Pregunte mientras pisaba el balón con mis pies.
Los niños empezaron a mirarse entre sí y a murmurar hasta que uno de ellos dijo en voz alta.
— Señor usted es muy grande para que juegue con nosotros.
Me senté en el suelo.
— Ahora que soy de su tamaño si puedo jugar.
Todos comenzarón a reir y uno de ellos se acercó a mí para decirme.
— Juega en nuestro equipo, pero serás el arquero ¿Va?.
— Va.
Chocamos los puños y yo fui directamente hasta la arquería.
Los niños del equipo c