Te lo dije.
Narra Olivia:
Su sonrisa desaparece rápidamente al darse cuenta de que no estoy de ánimos para bromas, por lo que baja los pies de mi escritorio de inmediato y se levanta para plantarme cara. Dejo la taza sobre la mesa, ya sin el más mínimo interés en el café. Me quito la chaqueta, muy molesta, y estoy que me pinchan y no sangro. De verdad que el atrevimiento de Fátima no conoce límites y, aunque no puedo culparlo a él por la conducta de ella, no puedo disimular el enfado.
—¿Qué sucede, cariño? Estás muy alterada —dice, sorprendido por mi actitud y yo procedo a desahogarme.
—Pasa que, tu ex se ha plantado aquí hace un minuto con la intención de venir a confirmar si eran ciertos o no los rumores de que me habías pedido matrimonio —suelto la sopa y él me mira como si me hubiera salido una segunda cabeza.
—¿Fátima, aquí?
—Como lo oyes. Y no sólo eso… Para colmo ahora es novia de tu amiguito Julio, ese que tiene mucho por aclarar de acuerdo a lo que dicen los libros de Costa Bella.
Su