—¿Andre?— preguntó una voz llamando desde el otro lado de la puerta.
—¿Sí?— Respondí sentándome en mi cama.
—Soy yo Bertha. ¿Puedo entrar?
—Sí, claro. Entra.
La puerta se abrió y ella entró sonriéndome.
—¿Has dormido bien?— Preguntó sonriendo sentándose en mi cama.
—Sí. Esta cama es muy cómoda y estaba muy cansada— Bostezo y estiré los brazos hacia arriba.
—Bueno ya son las nueve de la mañana y el Alfa te ha pedido que bajes a desayunar— dijo y yo asentí.
Me levanté de la cama y abriendo mi bolso cogí una sudadera negra y mis vaqueros. Cogí mi sujetador y mis bragas y entré en el baño para hacer mis necesidades.
Me di una ducha rápida y me lavé los dientes. Me trenzé el pelo a un lado y me puse la ropa y salí del baño para encontrarme a Bertha sujetando mis cosas.
—¿Qué estás haciendo?— Pregunté con voz neutra pillándola desprevenida.
—Uh estaba pensando en desempacar tus cosas y encontré este marco, lo siento. No quería intervenir en tus cosas personales— dijo arrepentida y guardó el