~~~
Dos días después.
Alison.
―Qué triste que te vayas cariño―me dice Georgy, cuando nos encontramos en la estación de autobuses. Ella ha venido a ayudarnos con las maletas, ya que yo me llevo todas las cosas que he acumulado durante todos estos años viviendo en la ciudad.
Y es cuando me he dado cuenta de que soy una acumuladora, ya que he tenido que despedir con pesar un montón de cosas y en especial, alguna que otra ropa que he comprado, pero por alguna razón no me ha quedado y he dicho muy determinada "bajaré de peso para que al fin me quede", algo que nunca pasó, pero ahí seguían, en el fondo de algún cajón o de mi armario, esperando al idílico día.
Tampoco es que sea una gorda sin remedio o algo por el estilo, pero mi talla es la justa, con la suficiente carne para rellenar los lugares adecuados, sin parecer una regordeta o algo por el estilo.
Aunque debo recordar que en mi futuro próximo habrá una enorme barriga, la cual crecerá hasta alcanzar el tamaño de una enorme sandía, una