Capítulo 36; “Tregua”
~Jane~
Una de las cosas que odio es que me dé ganas de ir al baño cuando estoy dormida y que por eso deba despertar. Es como si mis instintos se despertaran por sí solos y, la verdad, prefiero ir al baño que hacerme en la cama.
Me levanto de prisa y entro al baño, sintiendo cómo descanso. Todo está bien hasta que veo sangre, toco con mis dedos para confirmar y, efectivamente, sí es sangre. Me levanto de golpe, ¿qué hago ahora? Esto no me había pasado antes y no tengo idea de qué hacer.
—¡Por qué yo!
Hablo para mí sola.
«No me puedo quedar todo el día encerrada».
—¡Hugo!
Lo grito desde la puerta del baño.
—¡Hugo…!
Me atrevo a lanzarle una de sus toallas y se despierta apresurado, mirando para todos lados. Se sienta en la cama sin dejar de verme mal. ¿Cómo puede verse tan atractivo recién levantado? En serio que Dios tiene sus favoritos.
—¿Por qué me despiertas?
Me pregunta de mala gana.
—¿Podrías llamar a Ernesto? Por favor…
Levanta sus cejas y se cruza de braz