Sabía que no iba a irse fácilmente. Si había llegado hasta aquí, era porque no se iba a marchar hasta que hablara. El problema es que no quería escucharlo. No deseaba seguir escuchando mentiras de alguien experto.
— ¿Por qué estamos aquí? — pregunto molesta.
— Kim, sabes que necesitamos hablar.
— ¿De qué? Firmamos un acuerdo donde dejamos claro que debíamos hacer si esto se iba a terminar. Tú violaste el acuerdo de exclusividad y esto ya termina.
— No es así de sencillo. Aunque hayamos decidido cortar nuestra relación después de un error, debemos hablar.
— ¿Qué vamos a hablar?
— Kim, muchas cosas.
— Alessandro, te había pedido que no termináramos como lo hacías con tus conquistas. Pero viendo que sigues dando vueltas. Prefiero que seas como siempre, cortante y frío. Así, nos evitamos hablar de algo que ya está claro. — pido.
— No puedo hacerlo. Yo no puedo ser frío contigo porque si siento algo por ti. Algo que no había sentido por ellas — asegura.
— Bien, ¿qué sientes por mí, Aless