Alessandro comienza a nadar con maestría y yo sonrió al ver que casi todo lo que llevábamos está allí. De inmediato, tomó a Asher en mis brazos y cuando Alessandro arrastra las cosas hasta la orilla, yo las llevo más a la tierra.
Después de dejar a Asher jugando con la primera maleta, corro a buscar las bolsas que Alessandro arrastra. Por último, Aless viene con un botiquín del helicóptero y los dos, nos sentamos en el suelo, agitados.
Asher, nos observa y como si fuera un juego, respira agitados como nosotros, para después reír. Los dos miramos al pequeño que se divierte con cualquier cosa y sonreímos al ver que está con tan buen ánimo.
— Bueno, por lo menos alguien la está pasando bien. — murmura Alessandro
— No necesitó tener una fiesta grande en una isla de la familia, para disfrutar su primer año.
— Oh, cierto, ¿cómo pude olvidar algo tan importante? — pregunta Alessandro angustiado.
— Ya lo recordaste.
— Debí saberlo y felicitar a mi pequeño hace rato — dice él preocupado, p