Los dos hermanos intercambiaron una mirada de sorpresa, incapaces de creer lo que estaban escuchando.
—¿En serio? —preguntó Ethan, frunciendo el ceño ligeramente.
El chico asintió con la cabeza, su rostro aún lleno de arrepentimiento.
—No volveré a intimidar a nadie. ¿Me perdonas? —preguntó con un h