—¡Espera! ¿Dereck Maxwell? —preguntó uno de los hombres, y Paola asintió. Los hombres intercambiaron miradas de sorpresa.
—¿Puedes pagarnos diez mil dólares a cada uno? —preguntaron. Mientras les pagaran, estaban dispuestos a guardar silencio. No había posibilidad de que Nolan los recompensara con d