Paola inhaló profundamente y exhaló con calma a la orden de Lily.
—Te esperaré aquí. Si necesitas algo, no dudes en decírmelo, ¿de acuerdo?—, dijo Lily con cariño.
—Entendido—, respondió Paola antes de abrazarla brevemente y salir del automóvil.
Paola no se vistió como un clérigo musulmán esta vez,