—¿Quién es? —gritó Ethan.
La puerta se abrió y apareció Camila. Los niños, que antes habían mostrado una pequeña sonrisa al hablar con Paola, inmediatamente dejaron de sonreír. Sus rostros se apagaron y ahora lucían serios.
—Señorita Camila, debería haber dejado que los niños le dieran permiso antes