Brandon, con la voz endurecida, replicó:
—Soy el alcalde de esta ciudad y puedo hacer que te arrepientas de vivir aquí si no te vas.
Ya no tenía sentido seguir fingiendo. La amabilidad no había funcionado, así que creyó que la amenaza podría hacerla ceder.
—Haz lo que quieras… papá —dijo Paola, con