—Vine a protegerte —dijo Paola, con la voz firme.

Justo cuando terminó de hablar, el teléfono de Dereck sonó brevemente. Él lo tomó y vio un mensaje de texto de un número anónimo. Al abrirlo, se encontró con un video. Su expresión se endureció mientras lo reproducía: era una grabación de Paola golpeando brutalmente a Elva, sin piedad alguna.

Con el ceño fruncido, Dereck marcó de inmediato el número de Elva.

—¿Dónde estás? —preguntó, su tono preocupado.

—Casi muero… estoy en el hospital B —sollozó Elva, con la voz débil y quebrada.

—¿Qué le hiciste a Paola para que te golpeara así? —preguntó Dereck, intentando entender.

—¡Nada! Absolutamente nada —gimió Elva entre lágrimas—. Solo estaba sentada en la sala cuando ella entró de repente. Apenas me vio, empezó a golpearme como loca. Decía que qué hacía en la casa de "su hombre", que me iba a matar si intentaba quitárselo. Yo no hice nada, Dereck… nada.

Dereck colgó sin responder, con el ceño aún más fruncido. Reprodujo el video una vez más