Hades es como el rey del inframundo pero no es el monstruo que conocemos de la mitología griega, Hades es rey de una mafia muy poderosa que tiene a toda la ciudad de Grecia bajo sus pies de la cual controla con solo chasquear los dedos, todo en mi vida iba bien hasta que quedé embarazada de Hades, no sé cómo llegue a su cama, yo solo quería ir a tomar.
Leer másReviso la hoja de la prueba de embarazo que sale positiva, suspiro mirando a la nada y luego otra vez la prueba pensando en que momento me acosté con alguien en los últimos dos meses y lo más cercano que he llegado a acostarme con alguien es en un sueño húmedo que tuve al día después de ir a beber a un bar.
Me levanto para regresar a mi apartamento, pido un taxis y le doy la dirección mientras pienso en el supuesto padre de mi criatura, el taxis se estaciona en el edificio, pago y bajo. Miro el gran edificio de 10 pisos con 4 apartamentos cada piso estilo estudio, entro y tomo las escaleras ya que no hay elevador, por suerte vivo en el tercer piso, al llegar y abrir la puerta de mi hogar esta se abre mostrando a mi amigo quien me toma del brazo y mira a los lados del pasillo.
Entro al apartamento sin entender su reacción.
— ¿Qué sucede? — pregunto viendo que actúa de una manera poco común, se acerca a la ventana y mira algo, curiosa me acerco a mirar y veo tres camionetas negras con una H y una K como logo. — Elián… — llamo, me mira y me hace seña de que me acerque a él.
— Esos carros son de la mafia… — frunzo mi ceño, mirando lo que sea que está intentando mirar el rubio — Hali… no me digas que no sabes de esto — afirma o preguntó no lo sé muy bien porque llega Ana abriendo la puerta con desespero.
— Explíquenme porque esos carros están frente al edificio, nuestro edificio — habla alarmada, los miro sin entender nada, suspiro.
— No lo sé, cuando Hali bajaba del taxis se estacionó un carro, ya los otros dos estaban ahí — me empiezo a marear y dejar de escuchar a mis dos amigos y caigo sin darme cuenta en una oscuridad.
[…]
Despierto encontrándome en el bar, los rostros de las personas en el lugar son borrosos, pero un rostro no está del todo borroso, lleva rato mirándome, el bartender me da una bebida, dice algo pero no logro entenderlo.
El hombre que me estaba mirando se acerca, entonces puedo mirarlo con más determinación, sus ojos dorados, cabello oscuro y piel blanca, alto y fuerte, era como ver las esculturas del museo en donde trabajo, realmente era un Dios griego.
[…]
— Hades Kana — abro mis ojos y veo el techo de mi habitación. — Al fin despiertas, mujer — me siento y veo a Elián de brazos cruzados con la hoja de examen de sangre en mano — Me tienes que explicar esto — dice mostrando la hoja, en eso Ana entra a mi habitación.
— ¿Quién es el padre? — pregunta con curiosidad, trago saliva — Por cierto, los carros se fueron — Elián mira a Ana y luego corre a la ventana a revisar mientras la castaña me mira esperando a que hable. Suspiro y miro la hora en el reloj en forma de planta en mi mesita de noche.
— Se me hace tarde, tengo que ir a trabajar — me levanto viendo que dure 2 horas dormida — Hablaremos de esto después, con más calma — la verdad es que quería esquivar a mis amigos con sus preguntas sobre el padre ya que ni yo sabía quién era o tal vez si sabía pero no recordaba su nombre — Hades…
Menciono haciendo que mis dos amigos me miren.
— Ese tipo es el rey de la mafia de esta isla, Hali — dice el rubio, lo miro — Ojala lo hayas mencionado por otra cosa y no porque sea el padre de la criatura, ¿Verdad? — tomo mi bolso después de ponerme los zapatos.
— Se consiguieron papeles antiguos sobre este Dios — menciono aunque no es mentira, me despido cerrando la puerta, suspiro intentando recordar esa noche en el bar.
¿Si en realidad el sueño húmedo que tuve no era un sueño y si pasó? Pero ¿Quién me explicaría que estuviera vestida y en casa?
Niego bajando las escaleras y tomo un taxis para que me lleve al museo de antigüedades, miro las calles de la ciudad y el taxis se detiene, me bajo y le pago, corro hacia el museo entrando por un pasillo que solo es acto para trabajadores.
— Frey… — me detengo justo cuando estoy por entrar a mi área, me volteo y miro a un hombre.
— Julián… — río un poco sonrojada, sus ojos verdes son oscuros y llamativos.
— Llegas tarde, ¿Algún inconveniente? — pregunta, acomodo bien mi bolso sin soltar la correa de este.
— Me quede dormida… — excuso, frunce su ceño.
— A las 2 de la tarde… — asiento — Eso es muy raro viniendo de una persona puntual — suspira — Póngase a trabajar, hay una fecha límite para mostrarle al público lo que hemos encontrado — asiento y abro la puerta en donde puedo suspirar aliviada, dejo mi bolso en una silla y me pongo delantal e cubre boca.
Con ayuda de una lupa, linterna y una pinza voy leyendo el papel que es más como un documento en donde explica la existencia de los dioses de la antigua Grecia, sin darme cuenta se ha hecho de noche y tengo que regresar, suspiro levantándome de la silla y ordenando todo guardándolo en sus cajas para mañana seguir con más calma.
Me quito el cubre boca junto con el delantal y en eso entra Julián con un hombre de mirada dorada.
— Oh, señorita Frey, no pensé que seguía aquí — dice el castaño.
— Ya me iba — aviso tomando mi bolso.
— Te llevo — pero niego a su invitación y salgo del lugar sin antes voltear y mirar al pelinegro, el mismo del bar.
Hali Frey. Verlo correr hacia a mí, hicieron que sintiera un sinfín de emociones, se detuvo frente a mí, la luna y el cielo estrellado hicieron el momento especial a pesar de que las luces de la residencia iluminaran de más. — Vuelve a repetir… lo que has dicho… — habla agitado, no creí que vendría corriendo a mí de esta manera — Hali… — guardo mi teléfono en el abrigo y toco sus mejillas, sudaba un poco agitado, pero sin quitar esa mirada de emociones mezcladas esperando una respuesta, esperando comprobar si escuchó bien o mal. — Te amo, Hades Kana — sonríe y se lanza a besarme, abrazándome de la cintura, aferrándose a que nada de esto sea una ilusión o un sueño. — Yo también te amo, Hali Frey… siempre lo he hecho — sonrío con sus manos en mis mejillas. Y como si el tiempo no nos quedara, termine casándome con Hades a los meses después, ahí me encontraba sentada mirando la pista de baile con Hades a mi lado tocando el anillo en mi dedo anular, como si no creyera que esto no fuera
Hades Kana.8 meses después.La miro jugar con los perros daneses junto a Darien y con Aurora en brazos de 8 meses ya en el jardín de la casa. Mientras que Reich salía de la casa y se acercaba con una taza de té para Ana con un vientre de 7 meses, al parecer no perdieron el tiempo después de 3 meses de casados.— Entonces, ¿Estás perdonado? — pregunta Ana tomando de la taza que le ha dado Reich que también me está mirando con mucha atención por mi respuesta.Miro hacia Hali y sonrío un poco.— Pude esperarla 5 años, pude esperar 8 meses y podré esperar más tiempo, solo le estoy dando su espacio y tiempo sin alejarme de nuestros hijos — respondo, parece ser que ambos se miran y luego a mí, los miro.— Hermano… eres un poco diferente a lo que recuerdo, creo que has madurado un poco… ¿Te vas a morir? — pregunta Reich, Ana lo mira y lo golpea haciendo que este se queje — Pero si es verdad, la gente que está a punto de morir, cambian muchísimo, cariño — me río un poco.Me levanto y me acer
Hali Frey. El elevador se detiene en el último piso, al salir veo unas escaleras y subo por completo, quise salir del hospital por completo, pero había mucha gente, y apenas abrí la puerta hacia la azotea del edificio logré respirar con calma, pero angustiada. Si Hades desapareció, solo significaba una sola cosa, que había despertado. Pero lo que no entendía, es porque desapareció de la habitación apenas despertó. Miro al cielo buscando alguna respuesta y suspiro, pero me quedo al sentir una puntada en mi vientre de repente, este dolor solo podría significar una cosa. — ¿Hali? — frunzo el ceño y me volteo a mirar hacia atrás, ahí estaba él con el piyama del hospital, sin su barba crecida y sus brillantes ojos dorados, su cabello alto crecido — ¿Qué haces aquí arriba? Es peligroso que esté… — se detiene cuando está frente a mí, frunce el ceño mientras acerca su mano a mi rostro — ¿Por qué estás llorando? — lo abrazo con fuerza sin creer que estoy escuchándolo hablar. 3 meses sin e
Hali Frey.Toco mi vientre para después abrir mis ojos y ver a las hermanas Kana sentadas en la banca frente a mí, solo conozco a dos de ellas, pero si todos no llevaran nombres de los dioses del Olympo, podría decir que la mujer de cabello castaño y corto, es Deméter.— Ten — miro hacia arriba a Reich y tomo el termo que me ha dado, pero no bebo de él — Han pasado 4 horas desde que metieron a Hades a emergencias y tú debe de llevar más de 20 horas sin comer, tienes que beber algo o comer por el bien de la niña que llevas en tu vientre, Hali — me quedo callada mirando el suelo, Reich parece molesto y lo sé.Aun así, me siento culpable de todo lo que está sucediendo.— Si tan solo no hubiera aparecido en la vida de Hades, tal vez… — intento contener mi llanto, pero me he difícil.— No es tu culpa, no es tu culpa de que esa mujer terminara siendo una psicópata maniática que, por cierto, gracias Zeus, si no le hubieras dado entre ojos, seguiría viva y persiguiéndote — habla molesto — Tod
Hades Kana.Salgo de la casa mirando a todos lados, los hombres de la mudanza yacían muertos en el suelo y algunos lejos de la casa, intentando escapar, el silencio en el lugar comenzaba a preocuparme y sin previo aviso un golpe en la nuca hace que caiga al suelo haciendo que todo lo vea oscuro.— ¿Ya la encontraron? — una voz femenina hablando en ingles llama mi atención haciéndome despertar, me encontraba amarrado a un árbol del patio trasero de la casa, lo que significa que aun nos encontramos en el lugar y no me ha llevado lejos de aquí.Para mi mala suerte, me encuentro solo y Hannah debe seguir escondida con Darien en la casa, noto que hay 5 hombres y la mujer, es aquí donde recuerdo lo que dijo la morena ese día en el que le dispararon en el yate, una loca desquiciada y maniática mujer quería matarla.Debí ocuparme de este asunto en ese momento, pero me encontraba tan al pendiente de Hannah que no moví un dedo en encontrar a esta rubia estadounidense.— Oh, ya despertó el buen
Hades Kana. Miro a la pista y también me levanto para seguirla sin antes mirar a Hera que se encontraba con Darien y que esta me mirara para que supiera que no regresaba a la fiesta, por suerte, todo estaba siendo en la villa, para comodidad de todos. Después de haberla citado a la biblioteca y tener otra discusión, lo único que quiero es que no me odie más de lo que ya me odia ahora y estoy tratando, pero parece ser que cada vez que intento hacer el ambiente entre nosotros, ella lo corta con un hacha por completo y se puede notar su gran enojo, aun así, no pienso dejarla, mucho menos si esta esperando una hija mía. — Pudiste quedarte en la fiesta, no sé qué haces aquí, déjame tener mi espacio — amarro mi cabello con su atenta mirada, me acerco al closet y tomo una camiseta para dormir, me volteo a mirarlo y no lo encuentro, frunzo el ceño cuando lo veo en el balcón, no le presto atención hasta que me cambio y siento su respiración en mi cuello — Hades… — digo molesta. — Te… — me
Último capítulo