Sandra quedó atónita ante la pregunta de su marido, la mujer embarazada de seis meses se sentó tapándose el cuerpo con una manta. "No lo sé, pero lo que siento cuando ambos nos sentimos cómodos y protegidos".

Alan sonrió, el hombre besó la frente de su esposa. "Vamos, déjame cambiarme y ponerme una ducha".

"Tío", dijo Sandra en voz baja.

"Sin promesas", respondió Alan, inmediatamente levantando el cuerpo de Sandra al baño de su habitación privada.

Los ojos de Sandra se abrieron cuando vio una habitación que era casi igual a la habitación del apartamento.

"¿Al tío le gusta dormir aquí?"

"Sí, antes de tener esposa", respondió Alan con un guiño burlón a Sandra.

El rostro de Sandra se puso rojo, se sonrojó de vergüenza ante la confesión de su marido. Era como si hubiera mariposas revoloteando en su corazón. Sentirse amado y querido por el hombre que se suponía era su tío, pero el destino dijo lo contrario. Alan es ahora un marido muy cariñoso.

Después de terminar de limpiarse, los dos sal