Ignorando el gran caos que ocurrían en la mansion Albani, Ramiro estaba angustiado por toda la situacion que estaba pasando en esos momentos.
- Jefe – le grito uno de sus hombres, a la vez que lo jalaba y lograba hacer que evitara la bala que estaba por darle en su pierna.
- Tch… malditos policías – se quejó Ramiro disparando e hiriendo de gravedad al oficial que casi lo lastima.
- Nos tienen rodeados – dijo asustado el hombre que estaba a su lado.
- Vamos al cuarto seguro – ordeno donde buscaron ingresar a una habitación y activar una puerta secreta, para ingresar a una habitación oculta la cual contaba con paredes brindadas.
Ramiro estaba furioso y mirando la cruel ironía de la situacion, ya que esa habitación le servía para castigar y meter a las víctimas que secuestraba o torturaba, pero ahora ese lugar parecía ser su único lugar de salvación.
Al notar lo que habia pasado, los oficiales buscaron empezar a sacar los cuerpos y arrestar a los mafiosos que seguían vivos.
- Solo