18. Capítulo
Mi dignidad de hombre va primero. Ibamos aproximadamente por el final de la película cuando noté el peso de Emma sobre mí costado, la muy vaga se había jodidamente dormido en mi sofá viendo una película de miedo, no había gritado ni lloriqueado como cualquier mujer no, se había dormido como una marmota. Con mucho cuidado de no despertarla acaricié su rostro angelical aparentemente.
Esta mujer era un jodido demonio caliente. Ni un tsunami lograría despertarla y yo tampoco pondría mucho empeño en ello pues tenerla en mi casa bajo mi cuidado se sentía demasiado bien. La cargué con cuidado y subí con ella en brazos a mi habitación acostándola sobre mi cama.
De: Axel
Para: Oliver mi amor
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Envié y quité los zapatos de Emma la cual se retorció en la cama. Esa ropa debía ser bastante incómoda por lo que coloqué una de mis camisetas sobre su top y cuando tapo lo necesario quité sus pantalones con cuidado de no despertarla fallando en el intento.
—Axel...—susurro adormilada aún tum