Miranda
Esa sensación de desasosiego aún no me abandona y quiero que se vaya. Es horrible y desesperante. No se ha separado de mí desde que tuvimos esa conversación ayer, como si supiera que necesito aquello para confiar en él, en que no me apartará de su lado y nos abandonará.
Realmente no soportaría que otra persona más me dejara. Él menos que nadie.
Parpadeo para evitar dejar mis lágrimas caer, que amenazan con severidad mi cordura.
Haber escuchado a todas esas personas hablar de sus casos, como buscan ayuda y en quien apoyarse para salir de ese oscuro agujero en el que la vida y las situaciones los han metido. Todos con casos graves y mayores que los míos, con verdaderos traumas dignos de estudios. En espe