—¡La jefa ha dicho que este dedo es un tributo a todos los seres vivos! —gritó Yahir, fuera de sí de emoción.
Mariana sonrió en silencio.
Yahir miró a Mariana, disfrutando de la situación.
Mariana alzó la cabeza y encontró la profunda mirada de Walter. Sonrió levemente: —Señor Guzmán, gracias.
Luego, Mariana miró hacia arriba, dándole a Yolanda una señal para que se fueran.
Walter tenía una expresión compleja, como si quisiera decir mil cosas, pero solo podía ver a Mariana marcharse.
Yolanda se abrió paso entre la multitud, se acercó a la mesa de apuestas y declaró con firmeza: —Aposté por el equipo rojo, he ganado.
El encargado de las apuestas le lanzó una mirada significativa. Tras recibir una señal de Pablo, le entregó todo el dinero a Yolanda, junto con varios fajos de billetes adicionales.
Yolanda recogió el dinero cuidadosamente.
Alguien la empujó por detrás, haciéndola tambalear.
Estaba a punto de caer cuando una mano la sostuvo.
—¿Estás bien? —Jacob la miró con preocupación.
Yo