Cuando llegaron al apartamento Camilo entró sus maletas al cuarto.
—No vayas a dejar el cuarto sucio, trata de mantenerlo limpio —pidió Alejandra.
—Siempre lo vas a mantener organizado, ¿no es así? —dijo Gabriel mirando fijamente a Camilo.
—Ah… Claro, claro, lo mantendré organizado —el joven hizo pequeños sí con su cabeza.
—Eso me gusta —Gabriel desplegó una sonrisa.
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—Recuerdo cuando teníamos diecisiete años, éramos una locura, siempre salíamos con una nueva ocurrencia —dijo Claudia a Mateo cuando estaban acostados en la cama. El joven dejó salir una pequeña carcajada.
—Gera y tú siempre se metían en algún problema y Tomás también, eran los más problemáticos —recordó Mateo.
—Cuando me pedist