~Scarlett~
—Entonces...
O sea, era un gesto bonito, pero esas cosas solo las hacía un esposo cuando vivía junto con su esposa. Y nosotros no vivíamos juntos.
Al ver su mano extendida, no sabía cómo rechazarlo sin sonar grosera. Ya no quería pelear con él. Odiar a alguien era agotador. Pero tampoco sabía cómo ser amable sin darle falsas esperanzas.
No podíamos regresar.
—Vine con regalos —se sacó dos carpetas de detrás de la espalda como si fueran flores — Toma mi mano y te las daré. Estoy seguro de que hay al menos una que no vas a querer perderte.
¿Los papeles del divorcio? Casi se lo dije, pero me lo guardé. Sería muy cruel decirle eso.
—¿Qué es? —pregunté sin tomar su mano. Él levantó una ceja, algo sorprendido, y soltó una risa:
—Pensé que preguntarías si eran nuestros papeles de divorcio.
Hubiera sido un buen chiste si su sonrisa no se viera tan triste.
—Son los papeles de divorcio de tus padres —suspiró como si le decepcionara que no hubiera dicho lo que ambos pensábamos— ¿Los qu