—¡Basta ya! ¡No estábamos hablando de ti! —Scarlett frunció el ceño, defendiendo a Scott. No podía permitir que se convirtiera en el blanco de Sebastián por su culpa.
Scott podría ser el siguiente en la línea para heredar el imperio Green, pero no había pasado un solo día de su vida luchando en el mundo empresarial. ¡¿Cómo sería eso justo?!
Scott le sonrió con suficiencia a Sebastián desde detrás de Scarlett.
Sebastián estaba hirviendo de rabia. —¿Te escondes detrás de una mujer? ¡¿Es todo lo que tienes?!
—¿Se supone que debo avergonzarme por esconderme detrás de Scarlett? —Scott sonrió, sin parecer ofendido en absoluto, mientras arrastraba las palabras con esa sonrisa irritante—. No sé. Parece que estás molesto porque no puedes hacer lo mismo.
Los ojos de Sebastián ahora reflejaban un instinto asesino.
Scarlett abrió los ojos como platos. Nunca había visto a Sebastián así, perdiendo la compostura frente a alguien. ¿Sarcasmo y ataques personales?¿Realmente era ese hombre el caballero b