Cap 96. Regresó a la universidad
El día amanece gris, frío. La lluvia humedece los caminos empedrados que debe recorrer Amaris en pocas horas. En el palacio, los pasillos retumban con pasos contenidos, las voces se apagan entre susurros y el aire se siente menos fresco que de costumbre. Es el día en que Amaris parte nuevamente hacia la universidad. El día en que, por segunda vez, deja el hogar para perseguir sus sueños.
Pero esta vez es distinto.
La primera vez fue la emoción, la novedad, el fuego del futuro. Ahora sabe lo que significa la distancia, el silencio de las noches lejos del abrazo de mamá, de la sonrisa cálida de papá, de los jardines que huelen a infancia. Sabe lo que es la soledad cuando se apagan las luces de la universidad y todo lo que queda es el eco de uno mismo.
Se viste con calma, cada movimiento más lento de lo necesario, como si alargar el tiempo sirviera para estirar también el corazón. Lleva un vestido sencillo, cómodo para el viaje, pero cada pliegue parece pesar el doble. Su doncella le ayu