Cap 81. A veces solo quiero ser Edward
Amaris sale de su dormitorio. La brisa fresca de la mañana acaricia sus mejillas y despeja los últimos rastros de sueño. Selena y Mavina caminan a su lado, comentando con entusiasmo sobre una clase que tomaron juntas la tarde anterior.
—¿Estás segura de que quieres salir por la universidad como si nada? —pregunta Mavina, bajando la voz, mientras bajan las escaleras del edificio principal.
—Sí —responde Amaris con firmeza—. Ya estoy cansada de esconderme. Esto no tiene sentido. No hice nada malo. Además, ya no tiene sentido esconderme, ya nos hemos presentado. Quizá con eso, deje de molestarme.
Selena sonríe con picardía.
—¡Por fin! Aunque me gustaba ese jueguito del gato y el ratón.
Amaris le lanza una mirada divertida. Su corazón, sin embargo, no está tan ligero como sus palabras. Todavía le pesa el recuerdo del extraño viaje que vivió al girar esa esquina. El collar que encontró al despertar lo guarda ahora dentro de un estuche de madera con doble cerradura, oculto entre sus pertene