Llegando lo más cerca que podían de la frontera de la ciudad del norte, lo suficientemente cerca como para no molestar demasiado a los militares, Nikolai pidió a sus acompañantes que no avanzaran más, quedándose a varios metros de distancia de ellos.
Y tratando de solucionar ese asunto por las buenas, Nikolai y Alexis se acercaron a ellos solos, intentando ser lo más amables que podían con ellos.
“¿Puedo preguntar a qué se debe tan buen recibimiento?” Preguntó Nikolai como una broma, parándose frente a uno de los militares.
Sin embargo el militar no dijo nada, mirándolo fijamente y en silencio, algo que consiguió poner ligeramente incomodo a Nikolai y Alexis.
“¿podemos saber quién está a cargo para hablar?” Preguntó Alexis.
“Y saber por qué no nos están dejando pasar…”