— Entonces, ¿estás diciendo que fuiste tú quien mató a Cristina? ¿Qué hay de mi padre? ¿Él tuvo algo que ver? — preguntó Belén.
—¡Por supuesto que sí! Odiaba a Cristina tanto como yo. Mientras ella más brillaba, más humillado quedaba él. A pesar de casarte con alguien de esa familia, él era más ambicioso que todos. Era natural que intentara deshacerse de ella — respondió Alicia con una risa irónica.
A Belén se le hincharon las venas de la frente, y decidió tener mucha fuerza de voluntad para mantener la compostura.
—¿Cómo lo hicieron, entonces? —continuó preguntando.
Alicia sacudió la cabeza en respuesta.
— Su muerte no fue tan sencilla, y eso es todo lo que tienes que saber. Todo lo demás me lo llevaré a la tumba.
Naturalmente, Belén no estaba conforme sin los detalles, pero Alicia se negó a hablar más. Belén estaba por intentar hacer una escena como Ana, cuando escuchó pasos afuera de la puerta.
— Espérame a que te saque de ahí. — susurró a Alicia antes de quitarle la