Capítulo 3. Confesiones prohibidas.
Capítulo 3. Confesiones prohibidas.
Narrador omnisciente:
Elías llevaba varios días con un nudo en el estómago. Desde que había asumido el liderazgo junto a Hugo, todo en su vida se había vuelto una cadena de responsabilidades, reuniones y protocolos que no le dejaban espacio para nada personal. Pero, por debajo de todo eso, había un asunto que lo atormentaba más que cualquier consejo de ancianos o cualquier documento oficial.
Erika.
Ella siempre había estado allí. Primero como asistente de su madre, organizando los horarios, la vida del castillo y resolviendo problemas que nadie más sabía manejar. Y al mismo tiempo, había sido la niñera de él, de Hugo y de Clara. La mujer que lo había cuidado desde pequeño, la que le había enseñado disciplina y la que se aseguraba de que comiera, entrenara y estudiara. Con los años, esa figura de autoridad cercana se había transformado en algo más en su interior.
No podía negarlo más: estaba totalmente enamorado de ella.
Sabía que la diferencia