CAPÍTULO 11
Punto de vista de Lenora
Sonreí para mis adentros, sabiendo que era ella. Rodeé la silla donde estaba sentada un rato antes de detenerme frente a ella.
—¿Qué hacías en la ceremonia de dedicación del soldado? —le pregunté.
No dijo nada. Tal como habías previsto. Sabía que no sería fácil sacarle las palabras. Prefería no revelarlas.
Le lancé una mirada inquisitiva a uno de los guardias. Se acercó a ella y la abofeteó. Bajó la mirada y se cubrió las mejillas con ambas manos.
Si gritaba, nadie la oiría, ya que estaban lo suficientemente lejos.
Él la agarró del cuello y le levantó la cabeza. Ella se resistió mientras él empezaba a estrangularla. Cuando le aparté las manos, sus ojos ya empezaban a ponerse blancos.
Mi pregunta fue: —¿Estás lista para hablar ahora?
Volvió a guardar silencio. Resoplé. Aun con su vida en peligro, estaba demostrando ser una rival formidable. Me pregunté si sabía que yo podía ordenarle que muriera.
¿Cómo pudo permanecer en silencio cuando le hablé?
El