El fuerte viento y el frío de la mañana era lo que más me molestaba en el carruaje; la ventana estaba empañada de neblina y el sonido de los caballos galopando era lo más audible en el silencioso carruaje, William iba a mi lado con las piernas cruzadas dormido profundamente.
- Esto es incómodo ¿No? Llevamos ya dos semanas de casados y ni siquiera tenemos una buena comunicación. - dije preguntándomelo a mi misma.
El hombre abrió sus ojos rápidamente y los clavó en los míos haciendo que me respingara.
- Entonces si es así, dime Elizabeth ¿Qué hacías tan cerca de Lucas en el jardín?
- Y usted su alteza? ¿Cuál es la excusa por espiarme? - dije retadora
- Yo? Pasaba por ahí ya que iba a buscar a mi esposa para la reunión ¿Acaso eso está incorrecto a sus ojos?
Como siempre se salía con la suya. Miré para otra parte enojada sin saber que decir y exclamé defendiéndome.
- Era una simple conve