~CAPÍTULO 03~

~Stefano Balducchi~

La joven mujer me mira apenada, su rostro está tan rojo que podría decir que es del color de un tómate, su mirada es de miedo, tiene pánico a que yo pueda ocasionarle algo. Fui muy claro con Angélica que quería como mi asistente personal a una mujer ya madura y con agallas de soportar cualquier circunstancia, esa niña ni siquiera se leyó el contrato completo, pude notarlo al momento de realizar mi pregunta, ¿Cómo trabajaré con alguien así?

No me explico cómo  acepto el trabajo cuando tengo muchas condiciones exigentes que no cualquier mujer podría soportar, nada más con el simple hecho de saber que deberá desvestirse es para no aceptar el trabajo, eso lo haría aquella persona que ya está acostumbrada a trabajar con personas como yo, ¿pero esa niña? Se nota que nunca ha trabajado en su vida.

Ella me hará perder el tiempo, como lo hace en este instante, que está plantada frente a mí jugando con sus dedos y a punto de llorar, así como anoche cuando nos tropezamos. ¿No es mucha coincidencia? ¿Anoche y ahora aquí? Es claro que ella tambien se acuerda de mí, al verme enseguida se estremeció, ¿Qué busca de mi? No quiero llamar la atención tan pronto aquí en la ciudad, pero tampoco puedo permitir que entre un infiltrado en mi casa para buscar información de mi vida.

Estoy aquí por un propósito, venganza, y saber que alguien ya esté comenzando a querer husmear en mi vida me cabrea. Puedo asegurar que no me va a temblar el pulso para quitar a todo aquel que quiera estropearme en el camino, y si esa niña intenta algo estúpido la llevaré al calabozo y la torturarme hasta que me diga el nombre de aquel que la envía.

—Me parece que usted no está prepara para este trabajo — me levanta la vista por segundos, si siquiera eso puede hacer, es demasiado débil, o…quizás ese es el truco, fingir que es débil.

—Esta bien — deja a un lado su bolso de mano, lo primero que se ha de quitar es su camisa, luego comienza por sus tacones y pantalón, queda en brasier y una tanga, miro su cuerpo y es muy inocente para este trabajo.

—Brasier y tanga por favor — abre sus ojos impresionada, pero no opone resistencia y obedece a mi mandato. Una vez todo listo me acerco muy cauteloso, la joven intentan controlar sus nervios, su cuerpo desea temblar descontroladamente.

—Revisare tu ropa — la tomo del suelo sin dejar de verla, reviso muy bien que no tenga algún micrófono adherido, por fortuna no existe ninguno, levantó mis manos para revisar en su cabello, ella da un paso atrás y mi mirada de molestia la hace detenerse —No vuelvas a hacer eso — digo entre dientes.

—Lo siento señor — baja su mirada, mis manos buscan en su cabello, es suave con un olor a frutas.

Al no conseguir nada me alejo un poco, veo todo su cuerpo por última vez, definitivamente aún es un cuerpo virgen, un cuerpo por el cual muchos pagarían.

—Vístete — lo hace con rapidez — Enviaré a Angélica para que te asigne tu habitación. Algo que te voy a decir, te contrate para que me restes trabajo, no para que me des más del que tengo, espero no me salgas con una sorpresita desagradable en el camino señorita, porque será el fin de su estadía en mi casa — traga grueso, intenté no ser espeluznante, la idea tampoco es darle a conocer mi forma de ser. Mientras menos sepa, menos problemas habrá.

Voy hasta la oficina de Angélica, entro y ella al ver mi rostro se tensa, sabe perfectamente la razón de porque estoy aquí, me enfada las personas que no comprenden mis peticiones, que terminan haciendo los que les venga en gana. Las cosas se hacen del modo que yo quiero no del que ellos quieren.

—Mi señor — se levanta haciendo una leve reverencia.

—¿Cómo pudiste contratar a esa niña? — lleva sus manos atrás y me mantiene la mirada.

—No parece tan tonta, note que está desesperada y con tal de obtener el trabajo hará lo que sea, se reconocer a una mujer con ovarios Stefan — me llama de la misma manera que solía hacerlo mi hermosa esposa.

—No vuelvas a llamarme así Angélica — camina sensualmente hasta llegar a mi.

—No seas tan duro conmigo mi señor — juega con mi corbata — déjame quitarte ese estrés — sujeto sus manos y las alejo.

—Vigila a esa niña cuando yo no esté presente, no me trae buena espina, ayer me la encontré en la fiesta de los Roberts, extrañamente se presentó cuando estaba en una conversación con el señor Lorenzo, él cree que no escucho nada de nuestra conversación, igual le dije que hablará con ella y procurará mantenerla en silencio, ahora resulta que trabajara para mí — camina en círculos pensando.

—Puede que sea coincidencia Stefano — la sujeto por el cuello cortando su respiración.

—Deja de llamarme por mi nombre, Angélica — la suelto — Y yo no creo en las coincidencias, aquí sucede algo y tú… te encargaras de averiguar qué es, si ella llega a cumplir su misión y algo de mis planes se llegan a arruinar, me voy a encargar de que los gusanos te coman viva — siempre he sólido ser un hombre frío, cambie en el momento que llegó mi esposa a mi vida, y más cuando nació mi hija, pero todo ese hielo volvió a mi cuando me las arrebataron de mi lado.

—Si mi señor, mantendré mis ojos bien abiertos y pediré que investiguen — es lo único que dice.

Abandono la oficina para subir a mi habitación, entro y lo primero que hago es tomar en mis manos una foto donde salen mi esposa e hija, cierro mis ojos conteniendo aquel impulso de querer mandar a volar todo el país entero para así acabar con ese maldito que me robo la vida, pero eso sería muy fácil, eso sería una muerte muy simple para él.

Quiero que sufra mientras voy acabando con la vida de su hija, quiero que vea cómo acabo con ella de una manera lenta y dolorosa, yo seré peor que él, yo seré más sanguinario y no tendré escrúpulos para lastimarla, lo bañare a él con la sangre de su propia hija, y cuando acabe con ella lo dejaré uno días para que la llore del mismo modo que yo llore a mis princesas.

Cuando mi pequeña nació deje este mundo de mierda para que nadie las lastimaran, pero como siempre dijo mi hermano, ya tenía a miles de enemigos detrás de mí, quizás mi castigo por haber dañado a tanta gente fue perderlas a ella, pero por desgracia no aprendí la lección, ahora solo tengo sed de sangre.

Dejó la foto en su lugar al momento de que alguien toca mi puerta, sin necesidad de preguntar Raffaele me indica que es él.

—Adelante — mi hermano ha estado conmigo en este mundo de la mafia desde un inicio, él ha sido mi mano derecha, aquel que me mantiene con fuerzas para cobrar mi venganza. A ambos nos dolió la pérdida, y ambos queremos hacer pagar por eso.

—Llego al país — Eso necesitaba escuchar — Pero solo, su hija aún nada que aparece — ¿Dónde estará esa tal Sarah? Lo que hemos investigado es que ella estaba con él y regresarían juntos, pero no es así, llegó solo.

—Sabe que estoy de vuelta Raffa — volteó a verlo — No es tan loco para arriesgarla, es consciente de que vengo por ella — abro un poco la cortina para ver por la ventana — Sabe que regrese por venganza — juego con mi navaja.

—Solicitó una reunión con todos los socios de la empresa — ¿Verlo? Eso ocasionará que quiera asesinarlo frente a todos, pero también sería bueno, él hace esa reunión para confirmar mi regreso, y yo con gusto iré a verle.

—Iremos, sería bueno tomar un poco de aire fresco, me parece que se morirá en cuanto sepa que me asocié a Lorenzo Roberts, él siempre había querido eso y yo me adelante — guardo la navaja en mi bolsillo.

—¿Confías en Lorenzo? Ese tipo no me da buena espina, es un ambicioso que apoya al que le proporcione mejor beneficios — veo a mi hermano.

—Todo aquel que se asocia conmigo es consiente de que no puede ser estúpido, de que no puede intentar apuñalarme por la espalda, porque si es así… se muere — sonríe con tanta malicia.

—De ese sujeto me puedo esperar cualquier cosa, muchos dicen que no es de fiar, yo opino que lo vigilemos — quedo un instante pensativo, mi hermano nota que algo sucede — ¿Qué pasa? — alzó mi dedo índice.

—¿Recuerdas la joven de anoche? — Asiente.

—Por supuesto, te dije que debíamos matarla — respiro hondo.                                  

—No puedes matar a todo aquel que se cruza en tu camino, no somos asesinos de mujeres inocentes — bufa.

—Esa niña pudo escuchar nuestra conversación — juego con mi mentón.

—Lorenzo dijo que era amiga de su hijo, ella era como parte de familia o algo así, en fin, las cuestión es que la joven está aquí — abre sus ojos.

—¿Cómo que está aquí? — confirmo.

—Angélica, la contrato como mi asistente personal — coloca ambas manos en la cintura.

—¿Qué? — saco mi armamento de una gaveta.

—Así es, se me hace extraño que comience a trabajar aquí, empiezo a creer que Lorenzo me cree estúpido — mi hermano entrelaza sus dedos y los suena.

—Déjame sacarle información a esa niña — lo detengo.

—No, Angélica se encargará de vigilarla — rueda la mirada.

—Angélica de lo único que está pendiente es de meterse en tu cama, deja que yo me encargue de averiguar — mi hermano seria el indicado, pero no quiero que la asusté, necesito averiguar qué hace aquí.

—Si lo vas a hacer quiero que seas cuidadoso, no hagas nada estúpido, lo primero que quiero es que averigües de su familia.

—En una hora tendrás esa información — guardo mi arma atrás de mi.

—Perfecto, quiero que mandes a intervenir su teléfono, necesito mantenerme enterado de todo, o compra uno nuevo para entregárselo y así tener más control— puede que esté exagerando y ella haya llegado aquí por nada, pero igual no puedo bajar la guardia.

—Eso no es problema — voy a tenerla muy vigilada.

—Otra cosa, necesito tener a alguien dentro del parlamento del Reunió unido, quiero que el presidente de la Cámara Alta este de mi lado, se rumorea que es un corrupto fácil de comprar, así que yo necesito que ese hombre este bajo mi mando, no me importa bajo qué precio, pero lo quiero en mi poder Raffaele — hoy más que nunca estoy decidido a volver a mi lugar en este mundo de malicia, y para volver necesito gente de poder, políticos, agente de la policía, empresarios y otros más, quiero de ser posible tener al mundo entero bajo mi poder.

—En eso tienes razón, y me parece muy bien, te perdiste por muchos años y es momento de que comiences a tener gente de tu lado — existirán algunos que querrán quitarme del camino, y por esa razón necesitó tener personas que se encarguen de cuidarme las espalda y los pasos.

—En eso Lorenzo puede ayudar, tengo entendido que conoce a personas que trabajan en el Parlamento — sonrió de lado.

—¿Por qué crees que me asocie con él? Lorenzo es un hombre que posee de buenos contactos en Londres y en otros países más, tenerlo de mi lado es un gran beneficio. De él solo me interesan sus contactos Raffaele, Lorenzo es un pobre idiota Jugando al mafioso — sirvo un trago para él y uno para mí.

—Eres un cabron Stefano, no se porque no lo vi de ese modo antes — chocamos nuestras copas.

—Voy por todo hermano, quiero poder en este país — acaricia su mentón.

—No se porque te gusta lo difícil, Las leyes del Reino Unido son muy estrictas, aquí nada será fácil — bebo un poco.

—Eso es lo mejor de todo, siempre he dicho que lo fácil dura poco, en cambio lo difícil… dura por mucho tiempo — bebo todo mi trago.

—No sabes cuanto me enorgullece saber que estás volviendo a pensar con cabeza fría, me gusta verte de vuelta hermano, acabemos con todo aquello que nos joda la vida — confío mi vida en mi hermano, aunque muchas veces debo controlarlo o acaba con todo, es un poco impulsivo y no le tiembla la mano para quitar del medio a aquel que nos estorba, yo soy más tranquilo, busco alguna solución, busco algo que no llame la atención.

—Calma, por ahora vayamos a esa reunión, muero por ver su rostro — salimos de mi habitación y bajamos hasta la sala de estar donde está la joven mujer con Angélica.

—¿Saldrá mi señor? — mi hermano se encarga de responderle.

—Regresamos en un rato — ella lo ve con repudió.

—Tú — ve a la joven de la misma forma que a mí hermano —Saldrás con él a donde sea que vaya, debes estar atenta…

—No es necesario su presencia — corto su habla — cuando yo la necesite yo mismo le avisaré a ella Angélica — se que le ha molestado el hecho de haber cortado su habla.

—Entonces eres la nueva asisten de mi hermano —Comienza con los nervios.

—Si señor — al menos a mí hermano le mantiene la mirada, ¿Por qué a mí no? No creo causar tanto terror como Raffa.

—Bienvenida — le tiene su mano, ella duda un poco pero acepta — Raffaele Balducchi — ella asiente.

—Olivia Johnson — Hasta su voz es inocente, que puedo esperar, es una joven de veinticuatro años, con un cuerpo virgen, porque les aseguro que ningún hombre ha puesto sus manos en ella.

—Lindo nombre, Olivia — comienza a coquetearle.

—Debemos irnos — no tengo tiempo para verlo jugar con ella, ahora quiero llegar a esa reunión y verle el rostro al maldito que asesinó a mi familia.

—Bien, un gusto conocerte, Adiós Angélica — Raffa y Angélica jamás se han tolerado, llevan años trabajando juntos y nunca han aprendido a convivir como personas.

Salimos rumbo al restaurante donde nos reuniremos un grupo de hombres que solo hablaremos de negocios como buenos empresarios que somos, para el mundo eso es a lo que nos dedicamos, y es como debemos mantenernos, lo primero de todo es mantener nuestra identidad secreta, que nadie sepa lo que somos en realidad.

Honestamente poseemos empresas Reales y limpias de todo crimen, es decir, estamos legales en el comercio.

¿Por qué mi enemigo estará ahí presente? Muy fácil, porque mi enemigo también es socio de una de las empresas en la cual formó parte, por esa razón deberá estar presente.

Cuando me invitaron a formar parte de la empresa ya él estaba incluido, nos conocimos hace 15 años atrás, manteníamos una buena relación hasta que él quiso jugar al vivo. Quiso dejarme antes los demás socios como un estafador, cosa que no era así, él quería quitarme del medio y así comprar mis acciones y tener mayor poder en la empresa, pero pude limpiar mi nombre, e incluso procure que nadie supiera sus planes, lo hice ver como un mal entendido, hice creerle a todos que él se equivocó, que no lo juzgarán.

Eso lo hizo sentir como un imbécil, golpee su ego al salvarlo de aquel problema, intento atentar contra mi vida pero falló, esa vez si no me quedé tranquilo y lo golpee por donde más le duele, arruine una de sus empresas; desde ese entonces ha estado detrás de mí, cuando se enteró de mi relación y del nacimiento de mi hija desapareció, hasta ese día que volvió para arrebatarlas de mi lado.

Nos estacionamos frente al restaurante, desde aquí puedo verlo de pies en la entrada en compañía de sus hombres y de los socios, todos los presentes observan hacia la camioneta donde estoy, ningunos de ellos tienen idea de quién es el asesino de mi familia, y lo mejor será mantenerlo así, porque de esta manera cuando desaparezca a Williams nadie sabrá que fui yo.

Bajo de la camioneta, la mirada de él desprende veneno, yo sonrió de lado con un eje de malicia que le hago saber que vine aquí por algo preciado, puedo notar como empuña sus manos conteniéndose de no matarme frente a todos, anhela hacer eso, y no puede.

Camino en dirección a ellos con mis pasos muy seguros, quiero hacerle sentir terror, quiero verlo asustado por lo que yo pueda hacer.

—Stefano Balducchi, que gusto tenerte de vuelta — me saludan todos los presentes.

—A mi me da gusto volver a verlos — me planto frente a mi peor enemigo — Williams Jones, no sabes cuan agradado estoy de verte nuevamente — le tiendo mi mano y él por cortesía lo hace, me inclino un poco palmeando su espalda y así susurrando en su oído con precaución — Estoy de vuelta Jones, y vengo por tu hija maldito infeliz — me alejo con una sonrisa bien formada en mi rostro.

Mi intención de decirle es hacer que viva trauma, no me importa alertarlo, al contrario, voy a disfrutar ver cómo vive desesperado por el hecho de que puedo encontrarla y hacer con ella lo que quiera.

Les di mi palabra a mi esposa y a mi hija de que vengaría sus muertes. Y eso es lo que haré en mi regreso.

“Voy a hacer arder su familia”

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