Capítulo 84.
Evelyn.
La sangre que se desliza sobre la que está seca solo me hace despreciar más el deplorable estado en el que me encuentro.
Aunque lo que más me enoja es no tener la información que necesito. Lo que quiero escuchar, porque, aún cuando todos los golpes que recibí me duelen cada vez que respiro, solo necesito saber que se encuentra bien.
Pueden dispararme y atacarme cuanto quieran, pero ella no lo merece.
La debilidad hace de las suyas haciendo que me sostenga de Gareth, este me ayuda a caminar, dejando mis pies heridos estirados, exigiendo que resista con el agarre.
—¿Cuántos?— pregunta por el auricular. Me mira un segundo y vuelve a ver hacia el pasillo. —Ciento veinticuatro es nada.
Me lleno de aire los pulmones, siendo yo misma quien se aferra a que debo estar pie y no ser la carga de nadie.
—La tengo, ustedes hagan lo suyo, nosotros hacemos buen equipo— agrega por lo bajo. Mi gesto ha de decirle lo que necesito. —¿Qué sabes de Aihnoa? ¿cambió su compañía?
Sus ojos me conte