Capítulo 76.
Logan.
Poner un paso en el recinto policial me hace ganar miradas que no superan el impacto de verme completo, vivo y sobre todo con la placa en el cinturón que me vuelve intocable para ellos.
Que ellos sean unos mediocres que aceptan morirse a la primera de cambio, no quiere decir que se haya terminado mi determinación de que primero el mundo se va a la mierd@ antes que lo haga yo.
Me ficharon, me encarcelaron en un lugar del que ellos con el cerebro intacto no salen, me sentenciaron a muerte y aún sigo con un cargo más alto que el de ellos. Una sorpresa no debería ser.
El diablo no nació en el infierno, pero se puede mover mejor en él, es lo único que deberían tener en cuenta.
Todas las miradas me siguen hasta el elevador en donde a ninguno le dirijo la mirada. Al bajar en mi piso es igual.
Pellman y Pennignton se detienen a medio camino, ambos se miran con las caras del color del poco cabello que tienen. Paso entre los dos, porque a uno me falta una sola cosa para tenerlo y de