Evelyn.

El juez me confirma lo bueno que es para tomar oportunidades, en el momento en que me pide dejarle a Aihnoa un día. Después de confirmar lo que su intuición le hizo preguntar, el cuero de los asientos rechina dándome el momento para que ingrese por la otra puerta.

—En mi caso no tengo problema de que su guardián se quede cerca. Hay espacio de sobra —añade cuando le pongo la condición. —¿A las doce?

—Si quieres ayudar, revisa los planos de su nuevo palacio— bajo del vehículo. —El anterior quedó destruido y cuando volvimos pidió tener otro. Quiero tenerlo listo para su cumpleaños que es dentro de catorce días, pero siento que es imposible si busco tener algo de calidad.

—Conozco arquitectos y quienes ofrecen mano de obra de calidad— menciona entregando mi bolso.

—Contacté al que hizo el anterior. Tengo la cita con él a las cuatro— no sé ni por qué siento la confianza de decirle estas cosas.

—Dale la dirección de mi casa— su respuesta me hace entender que no lo toma de mal