Damon
La aprieto contra mí, su cabeza acurrucada en el hueco de mi cuello. Su aliento acaricia mi piel, apaciguando la tensión que palpita en mí. Mi instinto de depredador siempre está alerta, pero la tranquilidad que me brinda su presencia es innegable.
— Damon…
Su voz es suave, temblorosa, pero su mirada es firme cuando levanta los ojos hacia mí.
— Lo vamos a encontrar. Juntos.
Frunzo el ceño, acariciando su mejilla con la punta de los dedos.
— Alina… todavía eres débil. El vínculo apenas se ha formado…
Ella coloca una mano sobre mi pecho, donde mi corazón late violentamente bajo la piel.
— Y tú, eres más fuerte que nunca.
Cierro los ojos un instante, sintiendo esta nueva energía fluir por mis venas. El vínculo de sangre entre nosotros es profundo, ardiente. Su esencia se ha entrelazado con la mía, amplificando mi fuerza, aclarando mis instintos.
— Si crees que me quedaré atrás mientras enfrentas a Kael, te equivocas, añade con un destello feroz en los ojos.
Una sonrisa se dibuja en