NADIE PODRÍA CUIDARTE MEJOR QUE YO.
La noche paso increíble para Sarah y sus amigas, incluida Emily, quien a pesar de no haber podido tomar alcohol, se divirtió a su manera.
La despedida terminó entre risas y llantos, de emoción por la boda y por el bebé que viene en camino.
Pero llego la hora de volver a casa y Sarah está demasiado ebria, apenas puede mantenerse en pie y los hombres ya se habían retirado, solo quedan Lucas y Emily para llevarla, sin embargo, cuando llega a ese estado se pone muy terca y su amiga no puede controlarla:
-Sarah, hacía mucho tiempo que no te veía así -exclama Emily, sorprendida ante su estado.
-No te preocupes, Emi, estoy perfectamente bien, puedo tomar un taxi -contesta, intentando disimular su malestar.
-Estás loca si piensas que te dejaré ir sola en un taxi, en ese estado, sube al auto, vienes con nosotros.
-No, claro que no, ustedes son una pareja y tienen que estar solos y amarse mucho -acota acercándose a ellos y abrazándolos con amor, sin duda