8. ¡No soy una chiquilla!
Eran las 6:45 de la mañana cuando Maggie llegó a la empresa, aunque se supone que su entrada era a las ocho, sin embargo ella estaba decidida a dar una buena imagen y quería mostrarle al CEO que no era una chiquilla como él la había llamado.
Desde la noche anterior ella no podía sacarse la imagen de Nathaniel Montgomery de su mente y mucho menos ese beso atrevido que le había dado tan cerca de los labios.
Dejando salir un suspiro, se detuvo en la entrada de la empresa y se cambió sus zapatos tenis por zapatillas, pues ese día también había tenido que irse caminando, debido a que el ogro de su ex jefe se negaba a pagarle la liquidación, así que debía ahorrar al máximo lo poquito le quedaba.
Paso sus manos por el pantalón negro de vestir algo desgastado y alisó los pliegues de su blaser del mismo color antes de entrar.
La misma chica de la vez anterior se encontraba tras el mostrador y al verla arrugó el gesto con la sonrisa más forzada que ella había visto en su vida, antes de salu