Cuando nos despedimos, Siena le preguntó a Odette:
- Cuando nazca tu bebé, ¿puedo meterlo en el agua?
Odette se rió:
- No justo después de nacer. Pero cuando crezca, apuesto a que tu bebé estará feliz de ir al agua contigo.
- Por ahora sólo vas a meter la barriga de Odette en el agua, ¿vale? – Olavo levantó a la niña en su regazo, riendo.
- ¿Eso significa... que habrá otras reuniones? – preguntó Catriel, mientras tomaba mi mano, apretándola ligeramente, haciéndome sentir todo su nerviosismo esperando la respuesta.
- Si no tocamos ciertos temas, sí. – Olavo fue muy directo.
No había necesidad de preguntar qué eran. Ciertamente se refería a la reina, al hecho de que su hija hubiera estado prisionera en el castillo por tanto tiempo y otras situaciones que hacían referencia a eso.
Nos despedimos y mientras regresábamos al Hotel, mencioné:
- O Olavo quiere mucho a Siena o es muy buena persona. Después de lo sucedido, logró mirar más allá de todo y perdonar... En nombre de su hija. Incluso