Benjamín iba a ser internado ese día. Mientras se preparaba para pasar el día recluido en el hospital, pensó en los últimos acontecimientos. Alessia lo había engañado una vez más. Cada vez que llegaba a esa conclusión, se sentía un imbécil.
Ella le había tirado la carnada, confundiendo su mente para que él pensara que Antonela había mentido sobre Adam, y él cayó en su juego de nuevo. Al sentir que la culpa lo consumía, tomó su celular y llamó a Fred.
Ya habían pasado algunos días desde la muerte de la madre de Fred; seguramente él viviría el luto por muchos años. Sin embargo, Benjamín necesitaba un favor y estaba seguro de que Fred no se negaría.
No dio explicaciones por teléfono, solo le ordenó que viniera al hospital con urgencia porque pronto iba a someterse a una cirugía. Fred no lo cuestionó. Colgó el celular e hizo lo que Benjamín había pedido, llegando al hospital en menos de media hora.
Por un momento lleno de pánico, Fred llegó a pensar que lo peor podría haber ocurrido. Esta