El hijo del jeque
El hijo del jeque
Por: Cristopher
01. Adiós a vivir

Bueno pues como empiezo, creo que lo primero que diría de mí es que soy una chica solitaria solita que no tiene con quien pasarla bien ¡así de triste es mi vida! pero me gusta salir de fiestas a bailar y beber, haciéndolo pues conozco amigos bueno del momento nada mas pero lo importante es que me divierto. Soy una chica independiente, de pequeña me abandonaron en un orfanato pero eso es una historia aparte, he tenido encuentros románticos pero siempre lo único en que termina es en que me valla a tener sexo con ellos a la cama, acaso cuesta tanto esperarse por lo menos un año no creo que sea tan difícil, ahora lo único que tengo en mente es mi futuro y prosperar y posiblemente tener una familia si es que encuentro al hombre indicado.

Hoy comienza las inscripciones para estudiar en una de las universidades más prestigiosas de Milán y ojalá, enserio ojalá pueda entrar está vez.

La primera vez, fue todo un desastre.

Primero: soy una chica que vive por su cuenta así que tengo que trabajar duro por lo que quiero y eso conlleva a que todo se me complique por conceptos como el tiempo o también dinero, pero en esa parte no me quejo porque tengo un excelente trabajó.

Segunda: resulta que el día que era la inscripción, tuve un accidente que provocó que casi se me quebrara la columna pero por suerte todo fue leve y al final no pude inscribirme porque después de todo mi salud es primero. Claro.

Y esta vez solo espero ser aceptada, ese es mi sueño y solo tengo que hacer el examen de admisión, pasar y estoy dentro.

Ruego a todos los Santos que por favor me ayuden para esto porque si no me aceptan en la Universidad no tendré idea de que hacer con mi vida. Enserio.

—¿Sophia Pavanelli? —escuchó decir.

—Si presente —digo rápido.

—Ya puede pasar para que realice su examen —dice, el señor que de seguro tiene un mal día porque su cara es como la mía cuando no he comido nada.

Reviso meticulosamente el examen para poder contestar y al parecer se me va a complicar un poco, después de haber analizado la prueba y haber contestado todo y que creo que está bueno por lo menos la mayoría, lo entrego.

—La entrega de notas, será la próxima semana señorita —dice el señor.

—Ok, gracias.

Y así me retiro del lugar esperando a que todos los santos me ayuden para que todo me salga bien y así entrar a la universidad de mis sueño.

Tengo fé en mi misma.

A quien engaño si estoy como gelatina porque el entrar a esta universidad sería el pase al triunfo, sería el pase a la buena vida ¿y quien no quiere tener una buena vida?, claro que todo mundo lo quiere, por eso hago todo lo que puedo para entrar.

Pasan los días y la entrega de las notas está más cerca y no se porque pero no quiero que llegue porque si me dicen que no, no se que haría, creo que me ahorcó ahí mismo bueno tampoco hay que exagerar pero es que me sentiría devastada.

El gran día ha llegado y estoy nerviosa, asustada, aterrada, creo que me voy a quedar calva de tanto que me jalo el cabello.

Al llegar a la Universidad, me le quedo viendo pensado en mi futuro en lo que seré si logro entrar, en el orgullo mismo por que no tengo papás a quien hacer sentir feliz. Mis padres me abandonaron de pequeña ellos simplemente me dejaron en un orfanato sufriendo muchas veces recuerdo lo que pase en ese lugar que no fue nada de lo que me gustaría acordar gracias a Dios logré escapar pero el sufrimiento siguió, aguanté hambre en las calles día tras día, sintiendo el rechazo de la gente hacia mí persona pero lo bueno es que me di cuenta de que uno no vive de la gente y que para volar primero hay que aprender a aletear. Y eso fue lo que yo hice aprender de la gente sin convertirme en uno de ellos, pero no discuto el hecho de que hay mucha gente buena que ayuda a las personas que lo necesitan, pero que lamentablemente para mí, ninguna persona fue buena todas me despreciaban y solo me quedaban viendo con asco.

Después encontré un trabajo, me superé y ahora tengo un cuarto propio bien amueblado sin necesidad de nada, teniendo una vida simple pero buena.

Diría que es un buen final.

Me adentro a la universidad, busco el lugar donde es la entrega de notas y veo a muchos jóvenes reunidos que de seguro es para lo de la admisión.

—Hola, ¿aquí es donde entregan los resultados? —le pregunto a un joven.

—Sí, aquí es —dice, bien amable.

Veo como se me queda viendo los senos y pienso en que como la morbosidad aumenta cada vez más, no le presto atención ya que para mi solo es un niño de mamá y papá.

Después de un largo rato de esperar es mi turno para poder ver mis resultados y solo siento el corazón acelerarse a mil por minuto.

—¿Nombre? —dice, el mismo viejo amargado de aquella vez.

—Sophia Valeria Pavanelli —contesto nerviosa.

Comienza a revisar la computadora y yo solo no aguanto con la ansiedad que tengo, siento que ya explotó.

—Bueno joven aquí tengo sus notas —dice el señor más serio que nunca —. Y lamentablemente para usted no pudo pasar la admisión —dice el viejo, sin ningún signo de lástima.

¡¿Que?! No Pase.

Solo siento que me voy a desmayar en este momento, quede en shock, bueno estoy, no se que decir no hay palabras para este momento.

—Se puede mover porfavor, hay más gente esperando —comenta irritado.

lo miro enojada —. Ok —digo.

Me retiro del lugar con el peor ánimo. ¿Que hice mal? ¿Por que me pasa esto?

visualizo de lejos una banca y me aproximo a ella al llegar me siento y me quedo viendo a la nada y lágrimas salen una por una sientiendo fuego en mi pecho. Sintiendo decepción, sintiéndo lo peor del mundo, sintiéndome vacía, solo pienso en lo que puede provocar la ganas de querer estar bien y no lograrlo, lo que puede provocar una mala noticia. Me pongo de pie sintiéndome débil, pero creo que será mejor irme a mi casa, estoy destrozada mentalmente. En eso alguien tapa mi boca con una manta y comienzo a sentir debilidad y después de eso solo oscuridad.

Escucho sonidos por todos lados, abro mis ojos lentamente y lo primero que veo es a dos hombres hablando solventemente en una mesita.

—¿Que estoy haciendo aquí? —digo con poca voz, siento un mareó y dolor de cabeza terrible.

—Ya despertó —dice un hombre de gran tamaño.

Uno de ellos se levanta y se aproxima a donde estoy me alejo un poco de él, ya que no tengo idea de que estoy haciendo aquí.

—Tranquila preciosa todo va a estar bien —dice.

—¿¡Por que me trajeron aquí!? —les preguntó asustada.

—Es una situación complicada de explicar ahorita, pero pronto sabrás el porque estás aquí —dice.

me levanto de la cama velozmente y ellos solo reaccionan rápido, corro uso uñas, patadas y trato de esquivarlos pero es un caso imposible porque ellos son unos gigantes.

—Te dije que te tranquilizaras, pero veo que no vas a ser caso asi que te voy que tener que amarrar.

—Son unos malditos desgraciados —digo ya hecha una furia.

En eso se adentra un señor como de unos 50 años, y los dos hombres que estaban conmigo se tensan un poco, eso me hace pensar que tiene que ser el responsable de esto.

—Aqui esta la muchacha señor —dicen.

—¿Por que me tienen aquí? —digo.

Me queda viendo y solo muestra una sonrisa que podría decir, es malévola. —Señorita usted está aquí porque tiene que tratar una situación muy compleja —comenta —. Le explico, usted está aquí porque uno de mis clientes más importante me pidió que le consiguiera una muchacha linda, con chispa y que sea independiente y usted tiene todo eso que le acabo de mencionar.

Yo solo quedo sin habla, no se que decir estoy en shock.

—¿Me quieres vender a alguien? —digo, con poca voz.

—Buena manera de resumirlo, por suerte para ti es alguien muy importante —dice el viejo sinico.

—Me importa un carajo quién sea ese señor, así que me deja ir viejo asqueroso o se las verá con la ley.

El señor cambia su rostro a uno siniestro —. Mira muchachita tú no saldrás de acá y cuando eso suceda si abres la boca no respondere de los actos, oíste —dice provocandome miedo —. Y espero te comportes porque la persona que te va a comprar es alguien muy importante, es más podría decir que hasta honrosa te deberías sentir —dice.

Y yo solo lo veo con la cara de mil demonios.

—Maldito viejo, estás me las vas a pagar, oíste —digo de la misma manera que él.

Me queda viendo y solo ríe —. Si supieras a dónde te llevan —dice y se va.

Y si pensaba que mi vida era terrible, ahora se convirtió en un infierno, solo me toca esperar, haber que sucede y ni modo aceptar lo que venga.

En este momento quiero que alguien me mate, así de mal me siento, veo a una joven entrar por la puerta con una bandeja llena de comida.

—Hola —dice —. Aquí traigo tu comida, tienes que ponerte Bonita para cuando venga el Jeque —dice.

—¿Jeque? —preguntó consternada.

—Si, es el señor que te va a llevar  —lo dice como que si fuera algo muy común.

Me quedo pensativa —. ¿te hago una pregunta?

—Si, esta bien —dice.

—¿Ese señor que me va a comprar abusa de las mujeres?

—La verdad es que no se, pero ellos pueden hacer lo que quieran con ustedes.

—¿¡Pero por que yo!? —digo ya con las lágrimas en mis ojos.

—Al jefe le gustan jóvenes bellas, que vivan solas, porque así nadie puede poner alerta a la policía. Se requiere de mucha investigación.

—¡Son unos malditos, todos ustedes! —le digo.

—Disculpa cariño yo solo trabajo para ellos, nada más, no es mi problema que te vean como esclava —deja la bandeja de comida en una mesita —. Van a venir unas personas a verte —dice antes de cerrar la puerta.

Yo solo no sé que hacer, quiero llorar pero en momentos como estos no me gusta ser débil, solo me toca que esperar a lo que sea se vaya a volver mi realidad.

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