58. Di que eres mía
Meredith
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¿Había escuchado bien? Creo que no, necesitaba que me repitiera eso, no podía ser posible, Ryker mantenía la seriedad en su rostro, su mano aun mantenía sujeto mi mentón, me aleje de su toque, me levante y me quede parada frente a el, sus ojos no se apartaron de los míos en ningún momento.
—¿Qué dijiste? —pregunté.
—Que es mi prometida —respondió tranquilo, opto por una pose relajada, m****a que guapo se veía ¿Cómo podía hacerme esto? Una de sus manos fue a su barbilla acarició sus labios con su dedo índice, mientras me observaba detalladamente. Mi vista bajo a su pecho donde su camisa estaba abierta mostrándome parte de su pecho, seguí bajando hasta llegar a su entrepierna, su pantalón abierto y se marcaba muy bien su miembro.
Con la vista a los ojos Meredith… míralo a los ojos, que en sus malditos ojos grises es donde podrás ver si te miente —me repetía mentalmente, el problema era que sus ojos no mostraban nada solo ese maravilloso gris tormentoso que ocasiona