Cuando Austin despertó, se sentía mejor y al sentarse en la cama vio que ya todo estaba limpio y una sonriente Lauren lo miraba desde la puerta de la terraza.
–Hola esposo, ¿ya te sientes mejor?, mandé a preparar el avión para que regresemos a la que ahora es nuestra mansión.
–Tengo un poco de pesadez, pero tomaré una ducha y nos vamos.
Austin no sentía satisfacción alguna al saberse casado con Lauren, volvió a su mente la imagen de Brooke y le preocupó lo que ella podría decir cuando se enterara de su matrimonio. Tomó su teléfono y lo llevó al baño para escribirle a su amigo Jared.
Austin Kendall:
Amigo, estoy en un lío, me casé con Lauren en Las Vegas.
Jared Kimball:
¡Carajos!, Austin, no puedo dejarte solo ni un día. ¿Qué puedo hacer por ti?
Austin Kendall:
Rastréame, no recuerdo nada y Lauren tiene un certificado de matrimonio y un anillo de bodas en su dedo.
Jared Kimball:
Me preocupas ¿Cuándo regresas?
Austin Kendall:
Lauren ya mandó a preparar el avión,