Mathias permaneció en silencio, pero sus ojos reflejaban la tristeza que Darren estaba sintiendo en su interior. Me acerqué y le di un abrazo de consuelo.
—Lo siento, Darren. Realmente lo siento.
—Yo también lo siento, Caesar. Pero necesito hacer esto por mí, por mi hija y por Annelise.
Me alejé de él y lo miré directamente a los ojos.
—¿Crees que ella te perdonará alguna vez?
Darren suspiró profundamente.
—No lo sé, Caesar. Pero tengo que hacer lo que sea necesario para enmendar mis errores. Si ella no quiere estar conmigo, lo aceptaré. Pero no puedo seguir viviendo en esta obsesión.
Mathias finalmente habló.
—Darren, si necesitas ayuda, sabes que puedes contar conmigo. Si
Darren suspiró profundamente antes de continuar hablando. Podía ver el dolor en sus ojos y noté que estaba arrepentido verdaderamente.
—No sé si podré llegar a perdonarme algún día por todo lo que le hice a Annelise. Pero lo que sí sé es que necesito dejarla ir. Ella merece ser feliz, y yo necesito sanar, toda la t