—El cielo fuera de la ventana estaba completamente oscuro, una tempestad golpeaba fuera, rayos y truenos se escuchaban retumbar, eso ayudo a ocultar el sonido de mi llanto, llore tanto como quise, llore hasta desgarrarme aún más la garganta, era una de esas tantas noches en las cuales me arrepentía de aceptar la propuesta de ese apuesto hombre que decía amarme con su vida, Darren Ferrara solo jugo conmigo para poder llevar a cabo su plan
—¿Cómo se siente señora?
—Estoy bien José, no te preocupes ya me acostumbre a esto y mi cuerpo trata de hacerlo, lo asimila y soporta lo mejor que puede, José me miro muy ansioso
— ¿Qué es lo que piensa señora? No cometa ninguna locura
—¿Crees que cometeré una locura? Ya no se puede, no puedes matar a alguien que está muerto en vida, lo único que me aferra a esta tortura es mi hija, mi anhelo es tener a mi hija de mi lado, no pienso morir antes de conseguirlo
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—¿No eres suficiente para competir con ella? ¿tienes que torturarla para tenerla con