Amelia Paola Miller vivido bajo el influjo y la protección de su familia, pero sobre todo de sus padres, que ha marcado y a impuesto como una necesidad, justamente como les ocurrió a sus hermanos gemelos. La heredera, creció con la ilusión de ese gran amor, con apenas doce años, se enamoró del primogénito de los Blake, Angus. Durante dos años, Angus ni la miró, para él era como su hermana Connelly, por eso ella siguió ocultado su amor, hasta ese día que la heredera cumplió quince años, y se dejó aconsejar por su hermana Ailan, apareciendo en la fiesta de celebración de su cumpleaños, con un aspecto deseable, que llamó la atención de mucho de los jóvenes. Pero esto no tuvo el resultado que ella había previsto, sobre todo cuando escucho a escondidas, como Angus decía que, para él, Amelia siempre sería su hermana, que sólo jugaba a convertirse en adulta, algo machona, pero que eso no cambiaba su interior. La protagonista tras llorar, tomo una decisión, no aspirar más a ese amor, sólo serían hermanos. Angus advirtió el cambio de la heredera hacia él, más obediente, menos feliz, pero le quito importancia, luego los años, como CEO de dos grupos, los alejaron, hasta ese día, en la fiesta de víspera del día de navidad, donde Ailan se encargó en la transformación de las damas, provocando el estado de shock de Angus, ante la belleza en la que esa pequeña Amelia se había convertido, y cometió el error de exigirle. Para Amelia fue la gota que colmó el vaso, y salió la guerrera, rebelde y tentadora, fue así como Amelia, inició un camino que se convertirá en una guerra cruenta entre esos dos ¿Caerán los dos consumidos por esos sentimientos que llevan intentando aniquilar hace años?
Leer másQueridas lectoras, finalizada la quinta novela de la saga Miller, quedan sueltos algunos detalles, que pasaran con Maryorie y su sobrina, también la reacción de los progenitores, o si pronto la familia Blake podrá tener su primer heredero, pero eso se sabrá en la sexta, y última, novela de la saga, no creo que vuelva a escribir más sobre esta familia, creo que ya es hora de desarrollar otras historias, y probar cosas nuevas, por eso os pongo la trama de la historia la próxima historia que voy a escribir, que es mucho más oscura que las historias que escribo hasta ahora. La esposa consentida de la familia De Falco. Coorah Bell es la única heredera de la familia Bell, son los fundadores del grupo Bell, empresarios mercantes australianos que operan con sus barcos en toda Oceanía. Por tradición familiar, cada heredero varón puede heredar sin problemas, aunque no se case, pero las mujeres, para heredar, deben casarse, y no con cualquiera, sino con el hombre que sus progenitores elijan,
Amelia. -” Los declaro marido y mujer, puedes besar a la novia.”- oí que decía el párroco escoces, mientras yo hacía de testigo de cómo un enamorado, y totalmente dichoso, Rowdy besaba su esposa secreta, la incombustible Connelly Blake, que ahora se llamaba Cooper, delante de mí. La verdad es que la envidia me corroe por dentro, la maldita Betty Boo, al final se ha salido con la suya, y a las espaldas de las grandes controladoras de las tres familias, se había casado con el hombre que amaba, a escondidas, sin grandes intromisiones, ni de su madre, ni de su madrina, y sobre todo de su hermano, y de su padre. La maldita modelo, ni siquiera ha compartido con las familias que estaba enamorada, y desde hacía ya un año, se consideraba una mujer perfectamente casada, lo de hoy sólo es la implicación legal, de un hecho consumado. Soy la única que conoce este hecho, algo que al final le ayuda a la maldita de Connelly a aprovecharme de mí, ¿Sabéis lo difícil que me resulta hacerme la loca,
Amelia. -” Sujétenlo, vamos a curar sus heridas.”- dije a los dos hombres que aún me acompañaban, que no eran otros que Gavin y Gordon. Mientras curaba las heridas de sus manos, lo oir gruñir mientras trata de soltarse, su mirada estaba perdida en mi cuerpo, mientras con un gran esfuerzo, el asistente y el actor trataba de inmovilizarlo sin hacerle daño. -” ¿Qué hacemos con él? El médico está en camino...”- preguntó Gordon, preocupado por su jefe, pero yo lo interrumpí. -” No va a servir de nada, no para su emergencia más urgente... sólo hay una manera...”- le dije, acercándome a un furioso Angus, mientras sujetaba su cara, entre mis manos. Esto pareció calmarlo, un poco, cerró los ojos, y se apoyó contra mis manos, como queriendo sentir mi tacto. Dejando de gruñir, y de resistirse. -” Bien Aniquilador, cálmate, sé lo que necesaritas, pronto estarás mejor.”- le dije con voz dulce, mientras aproximaba mis labios a los suyos. -” ¿Amelia?”- me advirtió Gavin, intentando no mirar
Angus. La sensación de que todo giraba a mi alrededor, junto a una maldita pesades que me embargaba, fueron los primeros síntomas de que algo no andaba bien, increíblemente mi mente percibía que esto no era normal, y quería buscar una solución, pero mi cuerpo, no recibí esa orden, no quería colaborar, simplemente se dejaba arrastrar por alguien, que yo sabía que, era el motivo de mi estado actual. Intentaba levantar la cabeza, que me caía inerte casi sobre el pecho, pero los malditos músculos de mi cuello habían decidido que no tenían la fuerza suficiente para hacerlo. Me tenía que conformar con intentar reconocer las imágenes que, veía en el suelo, sobre la moqueta, mientras caminábamos por los pasillos del hotel. La persona que me sujetaba era una mujer, y no muy fuerte, dada la dificultad que estaba teniendo al caminar, algo que, en mi estado normal, me hubiera sido hasta humillantemente fácil, hacia ella, poder desbaratar las intenciones que tuviera para conmigo, en ese momento
Amelia. Casi no podía creer que esto estaba sucediendo, las manos me temblaban, y el dolor en el corazón era agudo, insoportable. -” ¡Nooo! ¡Él es mío! Suéltalo zorra.”- dijo una voz a gritos, desde mi interior. Esa voz fue la que me hizo avanzar en la dirección en que esos dos estaban, sabía que cuando llegara hasta Angus, probablemente lo iba a golpear con todas mis fuerzas, y lo más seguro que terminaría arrastrando a esa perra por el suelo, por no conocer cuál era su lugar, para mi lógica esa metida se estaba jugando la vida, pero todo cambió pronto, cuando los vi avanzar hacia la salida, algo me llamó la atención frenándome en mi avance, de forma que, luego descubrí, fue una acción, por mi parte, estúpida, y definitivamente, peligrosa. Mis conocimientos en fisioterapia me hicieron darme cuenta de que Angus no caminaba de forma normal, iba más bien de forma errática, y descontrolada, con las extremidades caídas, y sin fuerza, además su cabeza caía hacía delante, como si le cos
Amelia. -” Perfecto, casi lo logramos, ha sido una muy buena reacción, creo que la mejor.”- dijo de pronto Gred con ese tono afeminado que usa, muy acentuado, cuando estaba feliz, haciendo que lo mira como si estuviera loco. -” ¿No sé dónde vez que el plan ha funcionado, ¿Es que no has visto como se ha puesto? Parecía que la culpable de todo fuera yo.”- le dije en forma de queja. Me movía incomoda con ese caro y exhibicionista vestido que me había puesto, para ver estallar como un fuego artificial, al idiota de Angus, a pesar de que cada uno de los vestidos y los tacones a juego, habían sido para mí, una pequeña tortura, que había sobrellevado, pensando que era por una causa mayor, pero visto el resultado, definitivamente ahora era una autentico sufrimiento. -” Como fisioterapeuta serás un genio, pequeña Miller, pero en cuanto a la forma de actuar que tienen los hombres, en especial los hombres tan fuertes, como tu buenorro Angus, algo que, por otro lado, tendrías que estar acostu
Amelia. -” ¡Me voy! ¡Estoy harto de tus payasadas, Amelia! Cuando regrese, los quiero a todos, fuera, no me dejáis trabajar, esto no es lo que acordamos Amazona, estas invadiendo mi espacio, con tus estupideces. ¡Fuera! No lo repito más. ¡Los quiero fuera!”- Esto fue lo último que dijo el idiota de Angus, antes de salir del ático, dando un gran portazo, mientras yo me sentía furiosa, y no sólo porque reaccionara de esa manera, sino porque de nuevo, en estos casi dos días, había tirado por tierra mi loco plan de incitarlo hasta el punto de que no tuviera que ser yo la que diera el primer paso, para que nuestra relación se iniciara, asi que mi reacción furiosa, fue hasta justificada. -” ¡Eres un gilipollas, Angus Blake!, ¡Vete al infierno! Y voy a cambiar la cerradura, duerme en la calle, esta casa es de mi hermano.”- le grité a la puerta cerrada, aunque en realidad lo que sentía era unas inmensas ganas de llorar por la frustración que sentía. Seguro que pensareis que estoy totalme
Angus. -” ¿Qué demonios te pasa, Aniquilador? He visto asesinos sanguinarios de películas Slasher, que tienen una mirada menos terrorífica que la tuya en estos momentos. Estas provocando que todos los camareros huyan despavoridos pensando que han hecho algo malo, por tu culpa llevo quince minutos con mi copa vacía.”- dijo Gavin con un suspiro de resignación. -” ¿Crees que eres gracioso? Te doy consejo, como amigo, profesionalmente, no te dediques a hacer comedias, eres mal actor para eso.”- le dije dando un sorbo brusco a mi copa con la actitud más borde y arisca que tengo. Gavin sólo me miró sonriendo, sabía que el famoso actor, y director de cine, ni me tomaría en cuenta, tiene la suficiente seguridad en sí mismo, por no hablar de un ego desbordante, como para tomarme en serio. La verdad es que la culpa no la tiene él, desde esta mañana, y tan solo después de un día y medio de tregua, donde prácticamente tratábamos de ignorarnos para no meternos en problemas, mientras convivíamo
Narrador. -” Señorita Jonker, ya está todo preparado, incluso los medios están citados para para la hora prevista, hemos anulado durante dos horas las cámaras del pasillo, y del ascensor.”- le dijo el fiel asistente de Carlijn Jonker. -” ¿Has recibido lo resultados de del tratamiento a la que me he sometido este mes? De él depende que nos hagamos con el conglomerado Campbell – Blake.”- le pregunto la empresaria holandesa a su asistente. -” Si presidenta, según los resultados, la efectividad de que nuestro plan salga bien, a la primera, en expensas de que señor Angus no tenga algun problema médico, es de un cien por cien.”- le respondió su fiel perro guardián. -” Bien quiero que revises personalmente todo, una vez más, no quiero errores, esta noche, todo debe salir perfecto, y por cierto asegúrate que los estilistas que contratamos estén a su hora prevista, listos, nada puede salirse del plan original.”- le dijo Carlijn sin tan siquiera mirar a su asistente, mientras revisaba el c